domingo, 1 de julio de 2007

¿Para qué estudiar cuestiones de comunicación?

Se puede estudiar comunicación, pero ¿ Se puede aprender a comunicarse estudiando comunicación? ¿Qué sería comunicarse? Y ¿Qué es lo que hay que aprender?. Yendo aún más atrás, ¿Para que debería alguien tomarse el tiempo y el esfuerzo para capacitarse en algo que resulta tan “natural”? ¿Estudian los peces como nadar? No, y mal no lo hacen; las burras paren bien, los pájaros emigran sin equivocarse nunca de dirección. ¿Y porque nosotros, los humanos, que nacemos , crecemos y morimos rodeados de otros humanos habríamos de estudiar para hacer algo que seguramente nacemos sabiendo?
La respuesta no debe ser fácil.
Quizás tenga que ver con que a diferencia de la perra que pare mejor que si hubiera hecho un curso de pre parto y cría a sus cachorros preparándolos para la vida con mas sabiduría que si la guiara un grupo interdisciplinario, los humanos aprendemos muy tempranamente lo que luego nos lleva la vida desaprender: la disimulación.
Muchas veces me pregunto ¿Cuál habrá sido la primera vez que disimulé? ¿Cuándo? No me acuerdo, claro, ¿habrá sido a los tres meses sonriendo sin demasiadas ganas para agradarle a mamá? . ¿En que momento me habré dado cuenta de que “me convenía” hacer algo distinto de lo que tenia ganas, o negar que necesitaba lo que necesitaba para no arriesgarme a no conseguirlo?
A diferencia de la burra, o la perra, nosotros, los humanos, tenemos lenguaje, lo que nos permite, como dijera Borges “simular la sabiduría”, y en realidad simular cualquier otra cosa : decir que nos gusta lo que no nos gusta o decir que no pasa nada cuando nos morimos de dolor. Esta operatoria que “sabiamente” hemos desarrollado es muy poco útil en la práctica porque como, aún modelados por el lenguaje, seguimos siendo mamíferos, necesitamos todo el tiempo saber “que esta pasando con el otro” y para saberlo no podemos evitar guiarnos más por lo que nos dicen las miradas, los gestos o las manos de nuestras compañías que por sus palabras. En realidad nos mentimos pero no nos engañamos.
O sea que hemos utilizado esa herramienta maravillosa que es la razón que podría servirnos para perfeccionar cada vez más las formas de conectarnos, para “sacar ventaja” disimulando lo que somos y lo que necesitamos. O quizás, yendo un poco más atrás: para calmar el miedo, escondiendo lo que somos y lo que necesitamos. Pero el resultado no es el esperado, ya que estamos “condenados” a resolver nuestras necesidades con otros, por lo que las corazas tan “sabiamente” construidas, en lugar de darnos seguridad nos dan más miedo, y más necesidad de disimular y…
Si un buen día, cansados de nuestro mundo cada vez más pequeño, nos da por parar el juego y comenzar a transitar un camino diferente, comienza el tremendo esfuerzo, no de aprender cosas nuevas, sino de tratar de desandar el viejo camino hecho de disimulaciones sobre disimulaciones para ver qué había detrás.
Pero ¿que tiene que ver esto con aprender alguna cosa sobre Comunicación Humana? Como descripción científica acerca de qué pasa cuando los humanos nos encontramos, la Comunicación Humana puede servirnos para explorar estas cuestiones y luego considerar cuáles formas de comportarnos pueden sernos dolorosas y cuales pueden aliviarnos el dolor.
Una constante tarea para aprender a saber qué necesitamos y cómo pedirlo.

No hay comentarios: